Salida de los obreros de la fábrica

Cartel LumièreEs verdad que no es propiamente una película, en realidad en esta cinta no pasa nada más (y nada menos) que puro movimiento. Pero traer esta filmación al Blog propone detenernos un momento, rebobinar toda la historia del cine y volver al principio: ver con ojos nuevos, tratar de imaginarnos el prodigio para los espectadores de aquel tiempo, intentar imaginarnos allí como espectadores, sugerir a la retina que imagine que se deja engañar como si fuera la primera vez… y todo gracias a una sencilla técnica de superposición de fotogramas que logra proyectar sobre una mera sábana blanca el milagro de la vida.

Todo esto -tan superado, tan obvio- me sigue pareciendo prodigioso, colosal, y esta sensación se repite  cuando sobre lo que rebobinamos es la ciencia, cuando alcanzamos en nuestro viaje retrospectivo la base sobre la que han crecido los enormes edificios del conocimiento, la técnica, el saber…así, la impresión que me produce es que lo más prodigioso se encuentra al principio, cuando se descubre que algo es posible y que, en este caso, puso en marcha el minuto uno de un arte total sin el cual sería imposible concebir el siglo XX.

¿no sienten un escalofrío? Todo el cine comenzó aquí:

Louis Jean (5 de octubre de 1864 – 6 junio de 1948) y Auguste Marie Louis Nicholas (19 de octubre de 1862 – 10 de abril de 1954) fueron los inventores del proyector cinematográfico que hizo esto posible.
Ambos nacieron en Besançon, Francia, pero crecieron en Lyon. Su padre tenía una firma fotográfica y ambos hermanos trabajaban para él, Louis como físico y Auguste como administrador. Allí Louis hizo algunas mejoras en el proceso de fotografías estáticas.
Al morir su padre, en 1892, los hermanos comenzaron a trabajar en la idea de dotar a las imágenes de movimiento y patentaron durante este proceso un número significativo de avances, como por ejemplo agujerear la cinta del film para permitir su movimiento por la cámara.
Por fin su trabajo culminó en un aparato que servía tanto como cámara como proyector: el cinematógrafo, que sugería movimiento aprovechando, bien la persistencia retiniana del ojo humano (la propiedad del ojo según la cual una imagen permanece en la retina humana una décima de segundo antes de desaparecer por completo, algo en discusión por la neurofisiología), o bien el procesamiento cerebral de los estímulos visuales en el núcleo geniculado lateral.
El cinematógrafo fue patentado el 13 de febrero de 1894. Así, en el verano de 1894, los hermanos Louis y Auguste Lumière lo tenían a punto y con él llevaron a cabo su primera filmación ese mismo otoño. El 22 de marzo de 1895 fue exhibida en París en una sesión de la Société d’Encouragement à l’Industrie Nacional la conocida La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir («Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir»), rodada tres días antes el 19 de marzo de 1895 y que es conocida como la primera película de la historia estrenada comercialmente.

Y aquí estamos saliendo todos. Sientan el escalofrío del origen:

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